jueves, 24 de mayo de 2007

Aunque lo intente


Va a ser dificil encontrar en Buenos Aires un lugar para vincular con esta foto (hay que verla grande y es más impactante todavía)

Un rincón rarísimo de París, al que sólo se llega cuando una tiene muchísimo tiempo libre y buena data que le pasan los fans de la ciudad.
La Promenade Planté.
Por supuesto que cuando llegué por primera vez, empecé a caminara para el lado equivocado (como si llegada a Corrientes caminara hacia el bajo para buscar librerías).


Al final del camino llegué a una feria de arte, a la que entré con mi validísima credencial de prensa (yo en París me llamaba Natalia, que es la verdadera titular de esa credencial), y encontré un grupo de manos que hicieron acordar a mi proyectual del año pasado. En él las manos representaban anémonas, que representaban personas y nuestra capacidad de acercarnos a los demás, tomar cosas de ellos o rechazar lo que nos lastimara, procesar todo y vomitarlo de nuevo.


Que loco. Al final encontré algo.